Nunca le paso de llegar a la esquina de la cuadra de su casa esperando a ver esa persona especial que hace tiempo lo dejo? Nunca se sintió esperando que en esa para suba aquella persona? O cruzarla en la puerta de su casa? Si le paso es porque usted vivió el complejo de esquina.
Recientes estudios de la Universidad del colorado han revelado el entramado de estas fantasías. Según los datos recopilados, este complejo comienza ante la pérdida de una persona amada, pudiendo ser un noviazgo, matrimonio, parentesco, amistad u otro tipo de relación, o todas juntas. El Doctor Dorevisky nos comenta: “Muchos de los casos estudiados nos muestran una gran tendencia, dentro de los primeros cuatro meses de la separación, de que dichas fantasías del complejo de esquina tomen fuerza. Luego se van debilitando, y uno deja de ir a comprar puchos para cruzarse a la mina que lo dejo, para ir a comprar puchos por el simple hecho de que se acabaron.” Asevera mientras tose con insistencia.
Pero en que se basa dicho complejo? Aparentemente, la persona en proceso de duelo cree o fantasea en lo más profundo de su ser con encontrarse con el amor perdido, en un deseo de verla una vez más (o de ser visto). Esto lleva a la frustración y el desengaño del fantaseante al llegar a cada bocacalle. Un caso particularmente interesante es el de Roberto Ribufatti. Esta persona se tomaba diez minutos en llorar ante cada esquina en donde llegaba. Muchos testigos oculares dicen haberlo visto llorando y desgarrando sus camisas. Hoy en día es Roberto pide limosnas en la esquina en donde decidió quedarse. Ante nuestra pregunta de porque se quedaba en esa esquina, el solo respondió: “porque no soporto un desengaño más”.
Ante el hallazgo de este nuevo complejo, varios teóricos quisieron postular otros más: El complejo del timbre de casa, el complejo de la parada del colectivo, el complejo de la heladería. Pero nos explica el Licenciado Ravinovich: “Los otros complejos nacen del principal complejo de esquina. Es simple, uno se encuentra ensimismado en sus penurias caminando por la calle y cuando se aproxima a la esquina, los sentidos se ponen alerta y uno mezcla lo que venía pensando con el aviso de que se llega al fin de la vereda y allí uno espera encontrase con la persona amada. El resto se va ramificando de a poco.” Lo dejamos al Licenciado mientras observa ante, el semáforo en rojo, cada una de las esquinas.
Pero nace en algún lugar en específico? No, no es una respuesta específica. Si bien la mayoría de los casos asegura que empezó a fantasear con ello en calles antiguamente recorridas con la persona amada, existen casos en donde la fantasía nace en cualquier calle de la ciudad. Francisco Ramírez es uno de esos casos. Desde hace 20 años que matea en la esquina de Juncal y Sánchez de Bustamante diciéndose siempre que algún día va a pasar. Lo que niega en su pensamiento es que su antiguo amor vivía en Quilmes, y nunca había pisado aquellas calles.
Tratando de averiguar en qué puede ayudarnos el descubrimiento, nos topamos con la opinión de un técnico en radiología que no quiso dar su nombre: “En realidad, saber esto no tiene implicancias prácticas. Lo que si puede hacer es que la gente deje de negar que pasa por dicho complejo y dejen de ser todos tan caretas.”
En resumen, todos atravesamos por “el complejo de esquina”. Como salgamos de él y su duración solo se ve marcada por la singularidad de cada sujeto. Solo se puede asegurar en cada caso, que es algo pasajero, hasta que ocurra otra perdida. Terminando esta nota científica, quien suscribe les desea un paso fugaz por dicho complejo, mientras termina de tipiar en la plaza esperando a que pase ella.
Acido Literal
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