En la oscuridad de la noche se esconden aquellos pensamientos que nos perturban, nos afiebran la imaginacion y no nos dejan dormir. Aquella era una de esas noches de proyectos y huidas. De imaginar futuros y planificar aventuras. De creer que uno puede. Me levante, me puse lo primero que encontre y sali al patio del nosocomio a fumarme un pucho. Estaba tratando de calmar los pensamientos cuando, en el mismo banco en que estaba me hablo un viejo. No recuerdo como llego ahi, pero en este lugar todo puede pasar. No me hablo a mi, hablo para un publico fantasma y con la mirada perdida. Lo que dijo me impacto.
“Cuando era joven me admiraban... contaba mis ideas y mis proyectos y me admiraban. Hacia y me admiraban. Todo el mundo se ponia feliz o se entusiasmaba. Es ironico como todo el mundo quiere hacer lo que vos haces pero no se animan... Te miran desde afuera como si fueras la octava maravilla del mundo, haciendo algo tan mundano como tomar la iniciativa.
El mundo cree que el intrepido es digno de admiracion... aquellos que no pueden salir de su burbuja burguesa, de la comodidad de un par de paredes, se asombran de quien se sale de los planes de como deben ser las cosas. Crea un poco de caos, siguelo y veras como te conviertes en pastor de ovejas... Muchos me admiraban.
A mi me daba pena. Los grandes intrepidos de la historia solo deseaban morir. Todo intrepido desea morir. Es por eso que son admirados, no tienen miedo de morir. Buscan la muerte incansablemente, detras de destinos, aventuras y viajes. Buscan estar en peligro, de hacer hasta el cansancio. Buscan morir, porque son cobardes que no pueden suicidarse. El cordero que se viste de leon tiembla bajo las pieles, pero mantiene el personaje.
Yo queria morir, pero las estadisticas no estaban de mi lado. Perecen tan fugaces los accidentes automovilisticos cuando los estas esperando. Cruzaba las calles con deseos de ser participe y protagonista de una espectacular catastrofe. Tampoco me asaltaron violentamente. No me han baleado. No me han atacado. Secuestrado. Pareciera ser que buscar morir en manos de otro es mas dificil en la ciudad del siglo 21, mientras que en otros rincones del planeta se matan de a centenares o de ha miles.
Decidi muchas cosas, tomar riesgos solo, tomar riesgos acompañado... tomar riesgos necesarios e inecesarios... y siempre sali bien parado. Y siempre me palmearon la espalda... Y siempre me admiraron... y yo los admiraba a ellos...admiraba que puedieran conformarse con lo minimo de pertenecer. Admiraba su falta de agallas, su deseos de vivir... su deseo de permanecer y morir y solo pasar por el mundo. Su falta de emociones fuerte. Sus pocas ganas de jugarse. Admiraba... ahora solo espero la hora de irme...”
Se levanto lentamente y se fue caminando, con muchas historias en los bolsillos y una gran derrota sobre su encorvada espalda. Me retire a dormir, pensando que mi lugar calmo era una bendicion para algunos. Me regocije en mis sabanas y en mi comodidad. Y me alegre de mi burguesa posicion... por ahora...
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