lunes, 10 de marzo de 2014

Hacete cargo (estupidos idiotas IV)

Me causa gracia. Me causa muchísima gracia. Es increíble la capacidad que tiene el ser humano de deshacerse de las responsabilidades que tiene. Recuerdo que una vez Nietzsche puso en boca de Zaratustra la siguiente frase: “Dios ha muerto” y le pifio para el carajo. Dios no murió, solo cambio su forma. Plata, bienes materiales, el cuerpo, todo lo físico se ha convertido en un dios y lo adoramos. Pero todavía hay algo intangible en la cual la gente cree, como un ente invisible, una mano que maneja los hilos. El destino.

Veamos como funciona esto. Ante una desgracia, mi abuela decía “es lo que dios quería” mientras tenia un rosario gastado entre sus manos temblorosas. Como si las desgracias pasaran por algún plan mágico y místico en el cual un ente barbudo (o un tornado de llamas, dependiendo de que parte de la biblia tomes) decide quien vive, quien muero, quien es rico, quien es pobre o quien va a encontrar guita por la calle. Pero así era mi abuela, a medio educar, criada mayormente en el campo y muy supersticiosa. Hoy en día vengo escuchando en mas gente la palabra “es el destino”. Cuando uno quiere indagar en que consiste el destino, podemos encontrar la siguiente definición de diccionario (on-line por supuesto): “m. Fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos. Ejemplo: para los escritores románticos la fuerza del destino es un motivo literario recurrente.” Esta definición entre otras seis (acá les dejo el link http://www.wordreference.com/definicion/destino) es la que mas se adapta a la forma en que es usada y abusada la palabra. Pero si la analizamos... Wow... no se parece mucho al concepto de plan místico de dios? Que gran coincidencia! Vamos a lavarnos las manos y a pensar que es el destino el que no quiso que aquella rubia despampanante te comiera la boca, o que te chocaran en la esquina, o conocer gente copada! EL DESTINO. Si señores, si fuera un vendedor inescrupuloso no tardaría en venderle la magia de un concepto tan pelotudo como este, junto a las revistas de predicciones de Horangel para el 2027.

Y si, como no enojarme ante la nueva forma de deshacerse de responsabilidades y de no saber hacerse cargo de las acciones de cada uno, de las propias decisiones. Porque las cosas mas horribles y las cosas mas hermosas pasan por el simple destino, algo que esta escrito, yendo en contra del libre albedrío, de la propia interacción humana. Destino no es un concepto que acepte movimientos, porque los movimientos ya están inscriptos en él. Es un libro que siempre tiene las respuestas cuando las cosas ya sucedieron, es una promesa a futuro que puede no cumplirse, pero que tiene en cuenta que la memoria humana es finita. En nombre de estas mágicas cuerdas poderosas, un pibe en San Telmo se transa a una ex compañera del secundario a la que le tenia ganas y piensa que es el destino que ellos se cruzaran en ese boliche después de tanto tiempo y ella separada, sin tener en cuenta que ella paso mucho tiempo saliendo por esa zona y que las leyes de la probabilidad, algo azarosas, le indicaba que en el algún momento se cruzarían. Una mujer llora que en el accidente haya muerto su hijo. Cree que es el destino, ya que su hijo llevaba cinturón de seguridad y su amigo, detrás de el, no. Tal vez no entienda la explicación que le puedan dar sobre como se dio el choque y porque su hijo no sobrevivió. Las probabilidades estaba en su contra, salir sábado a la noche por una zona propensa a accidentes, en donde la mitad de los pibes andan en coche, alcoholizados. Un chico en un plaza corta con su novia. Le dice que tal vez el destino los cruce en algún momento. El sabe en su interior que quiere probar relaciones nuevas, pero la costumbre de estar con ella le genera un temor a salir. Sabe que miente, pero desea en su interior que luego de sus aventuras este allí esperando. Se miente, como se mienten todos los que se sienten culpables. Una señora mayor gana en el bingo. Cree que su destino era ganar esa noche, en el momento en que mas deprimida se sentía, en donde estaba ahogada en deudas. Pero no ve en perspectiva que hace años que juega, que hace tiempo ya que se siente sola y vacía, que hace mucho que esta ahogada en las deudas y subsiste.

Los golpes de suerte, el azar, la interconexión. Todavía somos simios intentando entender la complejidad de las conexiones del universo. El destino no es mas que un intento de explicar algo que es nuestra responsabilidad. El destino no existe, pero no muere, es como dios. Necesitamos aferrarnos a creer que lo que sucede alrededor no es nuestra responsabilidad, que elegimos algunas cosas por sobre otras. Debemos entender que el cruzarse con cierta gente esta dentro de un rango de probabilidades en donde actúa también el azar y el caos, que nosotros sabremos actuar con lo que nos toca vivir. Que la red de conexiones entre acontecimientos es tan vasta, que lo simples y torpes, hasta estúpidos ejemplos que di arriba, no se comparan a la complejidad de hechos que se desatan con una simple acción y ponen en juego un millón de fichas. Que la contingencia se sortea de acuerdo a como se tome cada uno la situación. Que nuestras acciones afectan al todo y la acciones en el todo nos afectan. Que somos consciente e inconsciente, estructuras psíquicas y funciones fisiológicas, pero también somos parte de un aparato gigantesco que nos afecta y que afectamos. Individuo y sociedad. Parte y todo. Pensas que en algo tan caótico, tan gigantesco, puede haber una trama escrita desde antes? Hoy te grito “HACETE CARGO” que todo lo que decidas va afectar a tu entorno y te va a afectar. Hacete cargo que tu decisión es tu responsabilidad. Hacete cargo que lo que deseas y haces es para vos y es para todos. Solo eso, HACETE CARGO.

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