lunes, 10 de marzo de 2014

La televisión en los tiempos del cólera

Uno podría parar un minuto de andar como loco hacia ningún lado y ponerse a filosofar, descargar una critica certera hacia temas profundos o, simplemente, reflexionar sobre algo intrascendente. Eso ultimo es lo que me trae hoy por estos lados, criticar algo tan intrascendente, pero con tanto significado y distracción para nosotros como es la televisión. Aquella caja cada vez mas plana de circuitos integrados, silicio, vidrio y otros materiales que supo aparecer allá por la década del 50 es algo maravilloso. La alienación y la falta de contenido que trae consigo es invalorable.

En un principio acerco a la gente noticias y entretenimiento. Tal vez en algún momento algo educativo. Pero como todo lo hecho por el hombre, se termino corrompiendo. Como puede ser que aquella programación familiar y educativa, aquel deseo del apto para todo publico, se haya convertido en lo que es hoy? Como pasamos de una aburrida carpa de variedades en blanco y negro al zoológico en HD con primacía de felinos que es hoy la tv? Yo solo puedo decir: “no tengo idea”. O por ahí si la tengo si trato de empezar el camino yendo para atrás.

Podríamos situarnos en las décadas del 60-70 en donde no todo el mundo tenia televisión. En este país tener ese aparato con gente adentro era algo de lujo, confería estatus. Por esa época existían alguna novela, se pasaba alguna película, noticias, y los sábados y domingos programas maratonicos. Tal vez (ya que no lo viví) hubiera algún programa de preguntas y respuestas. Se valoraba el academicismo. Y la gente tomo la costumbre de sentarse en familia, con ese amor tan fraternal, sin fajar a los hijos por un rato, a ver aquel aparato sin hablar entre ellos. Una verdadera postal cargada de ternura y amor.


En los 70-80 la cosa se pone siniestra. Los milicos al poder, películas de canas y servicios militares “buena onda” en donde no te metían picana, si no que te sacaban una sonrisa. Mucha censura, el “de eso no se habla” dejo espacio al “de eso no se piensa” y podemos terminar de descontar el “de eso” para redondear la idea. Los programas políticos eran interesantisimos lugares de bajada de linea en donde la discusión era dada por una sola postura, es decir, no había discusión. Todo era a color, color de rosas para algunos, color verde militar para otros, y por ultimo, color negro para 30.000.

Sin embargo, después de la noche mas oscura siempre sale el sol. Y el sol de la democracia y la mediocridad se venia elevando. En las décadas del 80-90 hace furor la nueva rebeldía del no creer en nada, el consumismo, las modas raras y la poca capacidad de critica. El conformarse con lo que ya se tenia y el descreer de la política. Nada mejor para esa época que programas naif, adolescentes, mientras los gerontes volvían a las discusiones que habían dejado pendientes antes de las botas. Olmedo y sus mujeres, chistes misóginos, en una época en donde la mujer era vista mas como objeto sexual, pero quede a poco se iba liberando. Y sobre el horizonte, un patilludo y un lungo con cara de gil se empiezan a refregar las manos en lo que seria su futuro de ganancias, mientras que el cano padrino de turno intenta emular a su hermano y no le sale. Años locos de la caída de los valores humanos en el merval y el alza en el mundo del individualismo.

Las delicias de las delicias son los 90 y el nuevo siglo. Un lungo y cabezón, protagonista de un futuro nada prometedor para la audiencia, gana fama de a poco con laburos mas o menos logrados, cero critica social y mas adelante, mucha truchada oculta. Tres jóvenes tigres trajeados escupen trigo del trigal. Con lentes oscuros promueven el no te vendas y quejate de manera ácida, mientras compran, compran y compran (en algún momento se venden). Todo se da en un remolino, se nos va el genio de Tato y la critica política deja de ser lo que era. La mediocridad gana terreno y con ella los programas de chimentos. Tímidos y en horarios raros, estos basureros a cielo abierto comienzan a multiplicarse de a poco junto a los talk shows mas bizarros. Tiempo de siembra deja sucesores múltiple choise como pulsaciones, donde prima la suerte del participante por sobre el saber. Y aquí comienza el cenit.

Como dijo una vez un general "socialista", “el 2000 nos encontrara unidos o con realitys” y así empieza a aparecer otra plaga mas. Primero el bar, luego el gran hermano, un reality de actores. Nadie se salva de la miseria! En plena crisis económica, se desmorona la televisión con adictos rehabilitados, huérfanos, prostitutas y otras historias hirientes de una realidad cotidiana, que parece mas surrealista si viene en forma de rayos catódicos. Nadie se pararía a hablar con alguno de los personajes que aparecieron en esos programas, pero todos los alababan por su historia de lucha. La miseria, si se mira a la distancia, puede ser divertida e interesante. Solo algunas ideas subsistieron y crearon productos originales como Tiempo final, Okupas o Los simuladores. Los programas de chimentos crecían a la tarde. Y las novelas de gente común, viviendo amores poco comunes fueron ganando la franja nocturna. Cada vez menos critica, cada vez menos originalidad, cada vez menos.

Si el principio del 2000 nos encontró devaluados y haciendo modelos que se convirtieron for export, los tiempos nos fueron llevando a ser for import y comprar modelos que eran éxito fuera del país. Podriamos empezar por los programas del “cabezón”, pero lo dejare para defenestrarlo mas adelante junto con la maleza que creció a su alrededor. Programas como la niñera y casado con hijos comenzaron a ser realizados en el país. Si bien el segundo logro ser adaptado bien a la idiosincrasia del país, algunos de estos formatos no llegaron a ser tan buenos como los originales, o peor, terminaron siendo un burda copia textual. Pero le daba trabajo a actores, mas o menos preparados. Lo mas hermoso de esta contaminación viral de cólera de contenido, era que aquellas ideas despedidas eran tomadas como buenas.

El punto máximo de este crecimiento diarreico, fue alcanzado hace no menos de unos pares de años atrás, cuando decidieron dejar de lado la realidad y empezar a probar con estrellitas de polietileno. Personalidades que no podían memorizar mas de dos palabras para decir, o expresiones faciales menos convincentes que un político tratando de hacernos creer en su honestidad. Seres cuya mayor logro fue conseguir que la grabaran con un par de miembros con sus miembros en poses espectaculares, demostrando que su oralidad no pasaba por la oratoria. Personajes travestidos realmente bizarros, estrellas de cráneos vacíos, feroces peleas sobre quien se acostó con quien primero, falsos amores, falsos casamientos, falsos cuerpos. El prototipo nuevo de mujer ya no es denigrado por el machismo de los hombres, sino por el machismo de las propias mujeres. En televisión se vende hoy en dia la idea de objeto sexual, denigrada y poco pensante, hacia un hombre que se maquilla y se tiñe el pelo. El circo de variedades de un principio se fue convirtiendo en la carpa freak en donde se dice aceptar a las personas mas allá de su físico, y sin embrago la utilizan para reírse. Enanos, travestis con problemas mentales, personas con enfermedades de por vida, Ken YBarbie, prostitución por un lugar y de vez en cuando algún golpe bajo con niños especiales. Viendo el panorama, me doy cuenta que hemos perdido el acto reflejo del vomito. Las mismas miserias, no tan atroces, que vivimos en cada cumpleaños, en cada fiesta, en cada reunión familiar, las mismas que nos importan muy poco, hoy en día se ven reflejadas tras una pantalla cada vez mas nítida. Junto a esto, los programas de chimentos se multiplicaron, metiendo saña. La repetición constante de situaciones poco interesantes y las peleas arregladas sirven para promocionar o llenar espacios. Y sin embargo, cala profundo en la sociedad la venta de un modelo de liberalidad y posicionamiento como objeto. No se confundan, no soy un puritano, también disfruto de ver un buen culo, pero cuando esto viene aparejado a un dejar la mente para ser solo cuerpo. Cuando lo mas interesante que podes hacer con una persona es tener sexo y nada mas,se siente que algo se perdió. Que en algún punto del camino algo fallo con la especie. Lo mas atroz es, que detrás de ese culo, detrás de sos valores lábiles y de poco respeto al ser, se esconden menores de edad, intentando recorrer el camino de las Barbies devaluadas.

La sociedad cambio, se fue para el lado de consumo. Si hoy tenes un buen cuerpo para vender, tal vez llegues lo mas lejos que puedas llegar, mientras te dure la juventud. Si no dura, podes recurrir a tu amigo cirujano, para modificarte hasta no parecer mas quien eras. El vacío de identidad propia, se refleja en sus personajes y en los modelos de la tele. Es lógico, hace tiempo que le hicieron un agujero para que los productores se pudieran sentar a descargar tal cantidad de “ideas”. No deseo una televisión que eduque, para eso esta la familia. No deseo una televisión que enseñe, para eso ya están las instituciones. Deseo una televisión que sea lo suficientemente original como para que no me decida a ver ficción de otros países por internet, algo original e inteligente. Ya se, deseo un imposible.

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