lunes, 11 de abril de 2016

Desesperaciones 2



Es desesperante ver la actualidad. Mirar hacia todos lados en un cuarto de cuatro paredes desconchadas, la venta del alma al mejor postor. Y no importa realmente lo que tenga para decir, lo que tenga para pensar y expresar.

Te puedo gritar en la cara tres o cuatro verdades que solo me sonreirías. Como un espectáculo, como un show. Sentarme de consejero a explicarte que aprendí, que conocí, hacia donde quiero llegar. Pero ya nos metieron en singularidades e individualismos puros de no mirar al costado al desgraciado.

Tan solo gritar nos convierte en un show más que puede ser etiquetado y vendido. Podes identificarte con mis palabras y aplaudirlas. En caso de llegar a muchos, solo me pondrán en un palco para que me sigan, como palabra de pastor. Pero no. Como llegar a sobrevivir sin venderse al puto sistema? Como escapar o cambiar algo desde esta posición de consumo?

Te necesito, me necesitas. Pero solo para discrepar de manera distante. No involucrarse demasiado 
con nadie. Con nada. No sentarse a conocer al otro. No dejarlo entrar. No abrirse. Los mayores actos revolucionarios puestos en camisetas para vender en grandes tiendas. Alabar los mensajes del cine y la tele desde la comodidad de un hogar.

Cuando fue la última vez que te jugaste por algo? Cuando fue la última vez que escuchaste a alguien? En esta pasividad de circularidad, nos perdemos la realidad del contacto profundo para solo quedarnos en la superficie inútil e inerte de una moda.

La crítica es comprada, expuesta, vendida y empaquetada para mostrarla con orgullo de tener una etiqueta de nombre reconocido. Nos han colonizado de tal manera la cabeza que solo se pertenece y se corre tras los sueños pre digerido que pensaron otros. Cuando fue la última vez que sentiste algo real?

La realidad se escapa entre las manos, mientras gastamos la vida en pagar lo que nos dicen que debemos que pagar. En hacer lo que es tendencia en ese momento. Creemos que derrotar los conceptos victorianos nos hace más libres. Nos hacen creer que lo nuevos rumbos son caminos sin guía. Tomaron las filosofías antiguas y las pelotudizaron en una era new age.

Yoga, chakras, energías y espiritualidad llenan las bocas de los estúpidos snobs de turno sin ningún significado. Leer y aprender de las filosofías orientales, de meditación, se volvió en un recorrido por YouTube con la banalidad de creer que se puede escapar del dolor. Poca gente ha podido llegar a aprehender que es lo que se les está ofreciendo. Cuando fue la última vez que te sentaste a enfrentar la angustia de la existencia? Cuando será el momento en que te sientas realmente insignificante en el mundo?

Nos venden la idea de ser todos especiales, de ser todos inteligentes, de que nuestra potencialidad es lo  que mantiene este mundo. Cuando miro desde MI celular, desde Mi comodidad, las fotos que siento el deber de compartir para generar conciencia mientras tomo MI café, en MI cama, no puedo evitar sentir las náuseas de ser un gran hipócrita cuando me miro al espejo.

Y es que la anestesia no llego a agarrar bien en esta cabeza que se desvive pensando qué carajo es esta sensación en el pecho que duele. A veces se confunde y cree que es amor. Otras veces que puede ser un infarto. Por las noches, que es la ausencia de aquellas relaciones perdidas. Pero la realidad es otra, es un dolor que genera un vacío existencial imposible de llenar con nada. Algunos lo llaman angustia, otro estructura. Yo prefiero llamarlo hipocresía. Porque la hipocresía es imposible de erradicar, nunca podremos mantener la línea recta que nos marcamos con palabras. En algún momento te vas a traicionar y vas a ser hipócrita. Y aunque me quiera sentir distinto, original, especial o alguien diferente al resto. Solo hay una realidad desesperante. No soy especial, ni distinto, ni diferente, solo soy uno más que camina hacia el mismo matadero. Solo que no voy callado.

Lobo Estepario

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